miércoles, 7 de marzo de 2012



Evaluación de Desempeño


Estaba en mi clase de Géneros Periodísticos, mis compañeros estaban haciendo una presentación sobre uno de los periódicos mas reconocidos del país. Tengo dos años estudiando en esta universidad y por desgracia, estoy acostumbrado a decepcionarme por la calidad de este tipo de actividades, pero está en especial, me causo una muy mala impresión. El nivel de la exposición era muy bajo pero reitero, tampoco esperaba mucho más que eso. No quiero sonar injusto, algunos de nosotros simplemente no estamos acostumbrados a hablar en público y lamentablemente nunca se nos instruyo de manera sistemática a como desempeñarnos correctamente en esa área específica. Así que yo me hago una pregunta: Que es lo que pretenden los catedráticos cuando nos exigen estar "empapados del tema"? Pero no fue el nivel de la exposición lo que me causo la peor impresión, tampoco fue la falta de calidad en la sintaxis o el paupérrimo desarrollo en la estructuración de las oraciones. Lo que peor impresión me causo fue la carencia de conocimiento en cultura general que impero durante todo el proceso expositivo. El ejercicio del error llego a la cúspide de la ignorancia cuando una de mis compañeras propuso una interrogante, ella pregunto, y cito: "Cuantos de nosotros conocemos quien es Mandela y qué importancia podría tener para la gente? Yo no sé quien es...". En ese momento habré soltado una risita sarcástica esperando que haya varios como yo que si tuvieran conocimiento de la existencia de aquel que extirpo la cultura de la segregación racial en Sudáfrica. Pero me causo tristeza darme cuenta que las probabilidades reales de que alguno en ese salón de clases le diera la importancia adecuada al personaje en cuestión eran pocas... muy pocas.

Así como he cursado clases con compañeros que tal vez no están en el nivel optimo y generalmente esperado para una universidad, también me he topado con maestros que no dan la talla. Muchos de los catedráticos se ven en la triste posición de tener que recurrir a métodos arcaicos, obsoletos, métodos que se hicieron tradición, se nos acostumbro a tener maestros que nos pidan cosas ridículas, nada especificas y poco aplicables. Ni hablar de los que piden sobornos a los alumnos.

Por otro lado, nuestro maestro, uno muy bueno, de los mejores que he tenido. Podría haber sido más provechoso, pero siempre había algún factor que interrumpía el flujo natural de la clase. Alentó siempre la interacción; aunque su sistema interactivo dio muy pocos frutos, pero, no porque no fuera lo suficientemente bueno. Creo que lo único que podría reprocharle seria su falta de interés hacia el trato un poco más personalizado. Pero, otra vez, no quiero ser injusto, entiendo que tiene muchos otros alumnos, otras clases, otras ocupaciones y que sería inadecuado mostrar interés en unos cuantos pocos prospectos con más aptitudes para el periodismo.

Es preocupante en todos los aspectos. El déficit de creatividad es abrumador. La sociedad intelectual debería de estar haciendo huelgas en contra de la mediocridad con la que se manejan quienes dan por bueno el mal trabajo de nosotros, los que no sabemos, porque nunca fuimos enseñados de la manera correcta. Destacados profesionales con porcentajes altísimos de ignorancia acerca del proceso docente educativo culpando las bases elementales de sus alumnos universitarios. Maestros de escuelas privadas sin título terciario. Maestros graduados de la Universidad Nacional Pedagógica Francisco Morazán, peleando plazas, quejándose de sus colegas carentes de titulo en escuelas privadas. Estamos viviendo de un fideicomiso de ignorancia e información errónea. Somos los herederos del desacierto. Todos se quejan entonces yo también. Para variar nadie tiene la culpa. Para variar... todos tienen la culpa.

Sabemos tan poco de cultura general. Tenemos tan poca gente alrededor que nos represente un desafío intelectual. Digo... a mi criterio darle el nobel de literatura a un oportunista como Vargas Llosa fue un error, si Kafka no lo recibió, ni Tolstoi, ni Borges, ni Zola! Pero esa es mi opinión, ese es mi criterio, un criterio que desarrollo un gusto especifico por literatura, algo que puedo compartir con algunos solamente.

El buen criterio es la base del buen liderazgo. Líderes, son los que se gradúan de nuestra universidad. Muchos líderes con buen criterio. Muchos líderes con criterio viciado. Muchos líderes con mal criterio. Muchos líderes sin criterio. El problema es el criterio. Todos nuestros problemas son por la falta de buen criterio.

Si nos hubieran dado la oportunidad de aprender acerca del buen criterio. Si nos hubieran guiado como debía ser hacia la iluminación. Si nuestras mentes hubieran sido abiertas al buen gusto. No tuvimos opción. Ni los más rebeldes y ávidos pudimos escaparle a la mediocridad. Ahora somos todo parte de la colectividad. Somos una especie de oxímoron, somos una ambivalencia. Estudiantes que sabemos poco, y mucho de lo poco que sabemos, lo sabemos mal.

Inicialmente, este trabajo iba a ser una crítica bastante austera sobre el desempeño de quienes nos imparten las clases; de la falta de elementos docentes de muchos de nuestros catedráticos. Pero después de unos minutos de análisis me di cuenta que seria ridículo, sería pretencioso, tratar de poner en jaque a los catedráticos sin poner en la misma balanza a los alumnos. Tendría que haber hecho un trabajo muy extenso criticando la base intelectual de cada una de las víctimas del sistema educacional. Pero, seamos honestos, muchos ya hicieron eso. Verborrea.

Este trabajo se redujo a un análisis individual que todos debemos hacernos, una evaluación de desempeño que debe ser constante y autocritica. Catarsis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario